PSJM describía a Celia More, la protagonista de su novela utópica «La Isla de Hidrógeno» (Empatía Ediciones, 2011), como una diseñadora de experiencias. Una ocupación de especialización estética en un mundo imaginado donde el arte ha sido disuelto en la realidad social. Con «Sinestesia», la instalación relacional que se exhibe de forma permanente en Mandarina Showroom (Las Palmas G.C.), PSJM lleva a la práctica lo teorizado tanto en la narración anteriormente citada como en su último ensayo «Experiencia total» incluido en la publicación de la ULPGC «Wagner/Estética» (2011), donde se estudia el vínculo evidente entre las prácticas de la estética relacional y las del marketing experiencial.
Bajo el influjo del filósofo norteamericano John Dewey y su «Art as experience» (El arte como experiencia), la instalación «Sinestesia» se despliega en dos salas dedicadas, una a los ‘sentidos’ (sala fenomenológica), y otra al ‘sentido’ (sala cultural) del color. En la primera sala sensorial el visitante puede experimentar los colores con la vista pero también, haciendo honor a la ‘sinestesia’ biológica y literaria del título, por medio del oído, del tacto, del gusto y del olfato, a través de todos los sentidos. Una envolvente instalación visual y un ‘módulo de sensaciones’ facilitan al público esta vivencia. En la segunda sala, del sentido y la palabra, entran en diálogo un arte de corte fenomenológico (minimalismo) y una comprensión intelectual de la experiencia (arte conceptual), de la mano de textos y experimentos entre percepción de la palabra y su referente, que sirven al equipo artístico para relacionar ‘sentidos’ y ‘sentido’ en un lugar de trabajo, un showroom de asesoramiento del color, que tiene sus raíces en la economía del conocimiento.
En 2007, PSJM realizó también una intervención permanente, «Grande Marcas», en las oficinas del Centro de Arte La Regenta, un lugar de trabajo de la cultura, vinculando así el arte con el proceso performativo de la producción, donde las relaciones y los diálogos forman parte de una obra creada, como en la arquitectura de interior, para que las personas la habiten. A space to move into, que diría Donald Judd en los 60.
El trabajo, sus procedimientos y efectos sociales, es una preocupación nuclear en la actividad de PSJM, como se pudo constatar en la exposición comisariada por José María Durán «World is Work» (Kwadrat Project Space, Berlín, 2010) donde compartieron sala con Santiago Sierra, Ignacio Uriarte y Octavi Comeron. Un planteamiento del arte sin duda político que les ha llevado a ser incluidos entre los 100 artistas internacionales más representativos de esta corriente en el libro «Art & Agenda: Political Art and Activism», publicado por la editorial berlinesa Gestalten, y entre los artistas internacionales de mayor proyección futura en “Younger than Jesus. Artist Directory. The essential handbook to the future of art” del New Museum de New York, editado por Phaidon.