Se trata de un anuncio, un está por venir, un teaser en el argot publicitario. El capitalismo está comenzando a comerse a si mismo por falta de alteridad[1]. El crash de 2008 da buena fe de los achaques de un sistema anciano regido por el flujo de valores inmateriales, cuya puesta en circulación supone por si misma la producción de valor. Una economía que ha perdido sus referentes, espejo de la cultura del simulacro, donde los medios de comunicación constituyen también realidad. Donde la cultura, antes superestructura, desciende para encontrarse con la industria en ascenso, antes infraestructura, para crear un nuevo y único nivel compartido, el llamado mediascape, donde las obras de arte son mercancías y la estética de la mercancía se diseña en laboratorio. En ese mediascape la ficción es hiperreal[2].
Con la esquela del capitalismo desplegada en los soportes publicitarios de Cuenca se quiere crear un ambiente de extrañeza y reflexión en la ciudad. Siendo estos soportes el escenario propio de las mitologías publicitarias parece indicado comunicar en ellos el fallecimiento de su sistema rector. La cruz cristiana que corona la esquela destaca los orígenes religiosos de un espíritu económico fundado en la ética calvinista[3]. El diseño de esquela católica empleado aquí pretende jugar con la tradición religiosa de la zona apropiándose de sus símbolos. Se trata por tanto de la apropiación de símbolos y medios del poder para introducir un mensaje discordante.
En la naturaleza del anuncio está la promesa de algo que vendrá, de igual modo que, en la estética de la mercancía, es la promesa del valor de uso aquello que desencadena la compra[4]. La lógica temporal del capitalismo tardío es la anticipación, la aceleración como la moda, casi muerta antes de ser moda[5]. Siendo obviamente imposible determinar la fecha exacta para la génesis de un proceso histórico, se escogió 1712 para el nacimiento del capitalismo porque es el año en que se inventa la máquina de vapor. Expuesta la obra en 2009, la fecha de defunción en 2010 anticipa un acontecimiento, algo que vendrá, una incógnita.