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PSJM es un equipo de creación, teoría y gestión formado por Cynthia Viera (Las Palmas G.C., 1973) y Pablo San José (Mieres, 1969).

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Simbiótica. Unidad Móvil de Intervención Eco-participativa

“Simbiótica. Unidad Móvil de Intervención Eco-participativa” es un proyecto que aglutina diferentes disciplinas creativas con el objetivo de crear y conservar nuevas formas de patrimonio cultural por medio del diseño participado de jardines vecinales. Una obra de arte relacional que se expresa en un conglomerado de capas de acción y significación, partiendo del diseño metodológico de un proceso participativo para la naturalización de espacios urbanos a través de la sociedad civil. Un proyecto artístico participativo y cooperativo que quiere hacer brotar los sueños verdes de la gente. 

Como núcleo activador se crea un artefacto itinerante, modular y desplegable para la ocupación sociocultural del espacio público: la Unidad Móvil de Intervención Eco-participativa. Un dispositivo que permite desplegar talleres participativos al que llamamos “Simbiótica” por el tipo de relaciones que propicia: simbiosis entre entre individuos, asociaciones, artistas plásticos/as, ecólogos/as, urbanistas, diseñadores/as, arquitectos/as; simbiosis interespecie entre plantas, humanes y animales.

La primera acción piloto se desarrolló en la Plaza del Pueblo del barrio de La Isleta en Las Palmas de Gran Canaria a través de dos talleres simultáneos: el taller de jardinería ecológica impartido por Rita Rodríguez y el de dibujo de plantas, a cargo de Mireia Tramunt. Se convocaron a colectivos y asociaciones de la zona así como a ciudadanos /as individuales para participar activamente en estos talleres de diseño y ejecución de micro-jardines ecológicos.

El objetivo consiste en identificar la comunidad verde ideal, educar en la acción ecológica, iniciar a la ciudadanía en la búsqueda de una estética sostenible y embarcarnos todos/as en un aprendizaje colectivo. Una experiencia piloto que tiene vocación de continuidad. Una obra de arte que excede los límites disciplinares para crear y conservar la vida, la vida en común.

ARTE, PARTICIPACIÓN Y ECOLOGÍA. Apuntes teóricos.

Una de las características que Paul Ardenne1 señala como definitorias del arte contextual o arte directo, es su adhesión a un arte realista directo, al que nosotras hemos llamado en otro lado “realismo no-representacional”2. Un arte que se integra y actúa en la realidad misma eliminando toda distancia entre creador/a, espectador/a y objeto estético. Sin duda, el carácter participativo y de intervención urbana de Simbiótica sitúa al proyecto en este tipo de realismo directo. Ahora bien, como viene siendo habitual en nuestros trabajos, Simbiótica no es un producto ‘puro’, ya que también se hace uso de las técnica de representación realista en los talleres de dibujo y composición botánica que servirán para proyectar los jardines. En este sentido, la representación realista de plantas y, sobre todo, la representación de formas imaginadas apuntan a esa función que otorgaba Marcuse para el arte: proporcionar «promesas de felicidad», formas estéticas futuras, utopías. O si queremos, en este caso, ‘biotopías’. Los talleres de dibujo y diseño de eco-jardines a pequeña escala mantienen así un extraño lazo con el realismo de representación, mientras que los talleres de ejecución e intervención directa en los parterres y todo el proyecto participativo en general se encuadran en el arte directo no-representacional.

También Jordi Claramonte ha teorizado un ‘arte de contexto’ 3. Siempre preocupado por la cuestión de la autonomía y la autopoiesis, en la genealogía que Claramonte propone sobre la ‘autonomía ilustrada’ destaca la creación de jardines ingleses como un caso paradigmático de obra de arte con fuertes componentes ideológicos4. Frente a los jardines de Versalles, alegoría barroca del Estado Absoluto que se expresa en el sometimiento del elemento natural a través de una férrea geometría, el jardín inglés propuesto por Shaftesbury se basa en la máxima: nature in her primitive sense; donde la naturaleza deberá atenerse sólo a sus propias leyes. «Una naturaleza autónoma y orgánica como modelo de libertades». Esta idea del jardín que sigue las propias leyes de la naturaleza encajaría con las propuestas de la permacultura y los eco-jardines. 

Si bien Claramonte aboga por una creación colectiva, pone siempre el acento en la ‘autopoiesis’ como modelo de creación y autogestión. Una metáfora biológica que recurre a la noción de Maturana que debemos matizar, ampliar y contrastar con la apuesta sin amabajes de Donna J. Haraway por la ‘simpoiesis’ [“generar-con”]: «Nada se hace a sí mismo, nada es realmente autopoiético o autoorganizado». La simpoiesis es un término propuesto por M. Beth Dempster, para «los sistemas producidos colectivamente que no tiene límites espaciales o temporales autodefinidos. La información y el control se distribuyen entre los componentes. Los sistemas son evolutivos y tienen el potencial de cambiar sorpresivamente». En contraposición a los sistemas autopoiéticos que son unidades autónomas ‘autoproducidas’, con «límites espaciales o temporales autodefinidos que tienden a ser controladas centralmente, homeoestáticas y predecibles»5. Si bien nuestra Unidad Móvil de Intervención Eco-participativa parecería actuar como una unidad autónoma, no es posible desvincularla de su «generación-con», con instituciones, contextos, individuos, asociaciones, técnicos/as…

La metodología participativa del proyecto Simbiótica puede considerarse una variante de la IAP (Investigación-Acción Participativa), un método de estudio y acción de tipo cualitativo que persigue obtener resultados fiables y útiles para mejorar situaciones colectivas, cimentando la investigación en la participación de los propios colectivos a investigar. Nuestro equipo adapta este método sociológico a los requerimientos propios de la actividad creativa artística. Y en ese camino participativo aparecen más y más capas de sentido: tensiones en los ejes trabajo-lenguaje-poder (cooperación vs. competencia; deliberación vs. negociación; horizontalidad  vs. verticalidad)6; o tensiones y oportunidades entre creación técnica y creación amateur o, en palabras de Enzio Manzini, entre diseño experto y diseño difuso7. Las diferentes capas de actuación y reflexión conducen a esta obra relacional por un sendero de continua hermenéutica, de viva interpretación.

PATRIMONO NATURAL, PATRIMONIO VECINAL

Simbiótica es un proyecto que nace y actúa en los límites, que quiere reflexionar sobre la propiedad, conservación y disfrute de los espacios, públicos, privados, estatales. Sobre la transformación de los ‘espacios’ (meros acotamientos geométricos) en ‘lugares’ (espacios vividos, con historias que los hacen singulares). Pero a la vez, al proponer nuevos diseños de micro-jardines urbanos soñados por la comunidad, el proyecto Simbiótica se plantea los límites en la creación de patrimonio entre lo cultural y lo natural. Tanto el concepto de jardín como el mismo concepto de paisaje son construcciones culturales, son visiones humanas de la naturaleza, naturaleza construida (en realidad el mismo concepto de naturaleza es un cosntructo cultural).

Por eso nos planteamos una nueva visión del patrimonio cultural a través de la creación colaborativa y conservación ciudadana de jardines ecológicos. Así como los jardines de Versalles constituyen claramente una muestra del patrimonio cultural francés o el Jardín de Cactus que creó Manrique supone una muestra de patrimonio cultural canario, y por tanto, el rastro, testimonio y objeto heredado de una forma de entender y vivir el mundo: como celebración geométricamente barroca del poder del monarca absoluto el primero; como experiencia sensual derivada de la comunión entre el genio estético, la naturaleza y el pueblo conejero el segundo. Los micro-jardines de Simbiótica quieren ser el testigo de una nueva época donde la obra de arte se descentraliza y se democratiza llevándola de los centros a las periferias, a los barrios, una época de emergencia medioambiental donde la creación de espacios verdes en el ámbito urbano está cargada de significados que apuntan a la colaboración, al respeto a la naturaleza y la apuesta por una vida futura.

Si el patrimonio cultural supone la herencia de las creaciones humanas dignas de ser conservadas por su relevancia simbólica e histórica, estos nuevos espacios verdes, culturales y naturales al mismo tiempo, tienen vocación de conformar un nuevo patrimonio, natural y vecinal, tienen vocación de que la vida en común, entre humanes y entre diferentes especies animales y vegetales, perdure, de que la simbiosis nos haga sobrevivir, perdurar.

ECOLOGÍA E IDENTIDAD

Hay una consecuencia quizá inesperada entre la apuesta por la creación ecológica de jardines y la construcción de identidad colectiva. Junto a la gestión circular del agua, el uso de fertilizante orgánicos o la conversión de residuos en compost, requisitos básicos que debe cumplir un diseño de jardín ecológico, se encuentra la siembra y cultivo de especies locales. La creación de micro-jardines con especies endémicas canarias supone, por tanto, un compromiso con nuestra tierra y un símbolo inequívoco de identidad canaria.

Notas bibliográficas

1. ARDENNE, Paul. Un arte contextual. creación artística en medio urbano, en situación, de intervención, de participación. Murcia: CENDEAC, 2006.

2. PSJM. «Vivir simulando», en PSJM (ed.). Neutralizados. Ensayos de artistas que escriben, Madrid: Empatía, 2009.

3. CLARAMONTE, Jordi. Arte de contexto. Donostia-San Sebastián: Nerea, 2010.

4. CLARAMONTE, Jordi. La república de los fines. Contribución a la autonomía del arte y la sensibilidad. Murcia: CENDEAC, 2011.

5. HARAWAY, Donna J. Seguir con el problema. Generar parentesco en el Chthuluceno. Bilbao: Consoni, 2019.

6. PSJM. Arte y procesos democráticos. Hacia un estética horizontal. Tenerife: TEA, 2017.

7. MANZINI, Ezio. Cuando todos diseñan. Una introducción al diseño para la innovación social. Madrid: Experimenta, 2015.

LUGAR:

Plaza del pueblo de La Isleta, Las Palmas de Gran Canaria

FECHA:
2020