«…dentro del mobiliario burgués, el sofá era el mueble que dejaba sobre sí un incómodo espacio en blanco que era necesario llenar. Ese espacio era precisamente el que ocupaba la pintura. Si la pintura no ha muerto todavía, se debe sin duda a la existencia del sofá. Por eso ahora el ataque contra el fetichismo mercantil del arte desarrollado por PSJM se centra en un nuevo producto: el cuadro con sofá. Si PSJM ha dado en el clavo, esperamos verlo pronto en las mejores ferias de arte y también en las mejores ferias del mueble».
Miguel Cereceda