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PSJM es un equipo de creación, teoría y gestión formado por Cynthia Viera (Las Palmas G.C., 1973) y Pablo San José (Mieres, 1969).

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Las reglas del juego: entrevista a Avelino Sala

Una conversación sobre las políticas del arte con Avelino Sala.

PSJM

Publicado en el libro Las Políticas del Arte. Diciembre 2004. 

“Nada es una obra de arte sin una interpretación que la constituya como tal.”
Arthur Danto.

“El arte es todo artefacto… al cual el rango de candidato a la apreciación le ha sido
conferido por alguna persona o personas que actúan en nombre de una determinada
institución social (el mundo del arte).”
George Dickie.

“Los mundos del arte se componen de todas las personas cuyas actividades son necesarias
para la producción de las obras particulares que ese mundo, y quizá también otros, define
como arte”
Howard Becker.

 

La teoría institucional del arte tiene carácter de urgencia tras las crisis de representación que tuvieron lugar en el siglo XX e ilumina una situación actual en la que el artista parece tener como principal objetivo la institucionalización de su trabajo, la búsqueda incansable de legitimación dentro del mundo del arte. Eso convierte la labor del artista en un amalgama de estrategias teóricas y prácticas que le sirvan como efectivo posicionamiento de su producto cultural.

Sin duda, la labor del artista se ha vuelto tan rizomatica que plantea, en la actualidad, unas estructuras complejas y extenuantes que ya no solo se reducen a la producción de obra, si no que se planifican como una estrategia que pasa por diferentes estratos que van desde la relación pública, la teorización, la planificación y presentación de proyectos, la ejecución de los mismos, la capacidad para encontrar recursos económicos para llevarlo a cabo… en realidad el artista es gestor cultural, relaciones públicas, productor de un trabajo propio, editor, diseñador, galerista…todo estos ejercicios se plantean sin una condición laboral clara, lo que complica aun mas la misión.

En este sentido la publicación de una revista como Sublime me parece una actitud plenamente artística.

La publicación de la revista responde a diferentes necesidades, pero entre ellas una importante era la de crear una plataforma desde la que se le da visibilidad al trabajo de gente joven y que hace cosas interesantes y potentes, desde el ámbito visual y el escrito, es evidente que estamos hablando de una revista que se edita desde la mirada del artista, esto es, que el planteamiento nunca va a ser el mismo que podríamos encontrar en otro tipo de ediciones, aunque realmente esa condición “rara”es la que realmente le imprime carácter a la revista.
Editar una revista como Sublime desde la periferia es una especie de ejercicio de resistencia continua, trabajar con honestidad y alejarse de espacios prostituidos y ámbitos difíciles en los que se mueven demasiados actores dentro de este mundo del arte, es otra de las reglas más que mantenemos.

De todas formas esta figura del artista que edita una revista creo que a veces no es cómoda para cierta gente, te mueven en arenas movedizas, tierra de nadie, para unos eres una cosa y para otros la otra, y se siente a veces uno como una especie de intruso en su propio medio, aunque realmente yo me siento como un artista que también hace otras cosas, pero lo actitud es, principalmente artística, o bueno, mejor llamarla inquieta, inconformista.

Entendiendo política como habilidad o diplomacia y también como el conjunto de orientaciones y directrices que rigen una actuación, la actividad artística parece a todas luces una actividad política. ¿Qué % de tu tiempo dedicas a la creación y producción y qué % lo dedicas a “lo otro”, a la política del arte?

Creo que en el mundo del arte es un medio altamente competitivo. Como antes decíamos la condición artística es muy compleja. La canalización de la obra de arte pasa por diferentes etapas, en el contexto actual, la producción se hace cada vez más de manera industrial, es decir por terceros. Lo que implica que el trabajo del artista sea prácticamente en casi todos los casos un acto grupal, de colaboración. Creo que el artista cada vez tiende mas a tener una oficina y un almacén en vez de un estudio, la idea romántica de la torre de marfil se ha diluido con el paso de los años. En mi caso concreto, por la otra parte de mi trabajo, la revista, estoy en constante contacto con comisarios y artistas, de los que siempre se aprenden cosas, tiene la ventaja de que siempre sabes lo que esta pasando en el momento, aunque los
inconvenientes son también muchos. Lo mas importante es saber dedicar el tiempo adecuado a cada actividad, para así también poder disfrutar ambas. Y eso sí, mantener una producción de obra seria y honesta, este es probablemente el valor más importante que un artista tiene, sin eso, estas perdido, por que si la obra falla, falla la base de la estructura.

¿Crees que debería añadirse a la educación artística un programa de estrategias y relaciones públicas como parte decisiva en su formación?

Creo que cada vez todos estamos obligados a intentar hacer entender que hay que profesionalizar esto. No podemos seguir entendiendo al artista como un bohemio romántico, el antihéroe ya no tiene demasiado espacio en esta sociedad. La profesionalización del artista es un reto complicado, desconozco exactamente como se prepara a la gente en las universidades españolas para esto, en otros sitios si es cierto que se trabaja dentro de una realidad contextual ajustada a lo que hay, con casos prácticos, con problemas reales, búsqueda de financiación, de espacios, etc.

Yo vengo de hacer mis estudios en el Reino Unido, esa es mi experiencia real, allí uno de los fines mas importantes que había era el que saliéramos siendo profesionales del arte, y a poder ser cualificados, con las ideas claras.

Los mundos del arte muestran, si te adentras lo suficiente en ellos, unos caminos que has de andar, puertas que has de cruzar y espacios que has de habitar. Un plano de metro con estaciones con nombres propios y líneas que se entrecruzan. Una invisible red de relaciones personales, intelectuales y comerciales. ¿Qué lugar encuentras tú para las propuestas outsiders que bordean, atacan y critican estas estructuras? ¿Se ha convertido lo alternativo únicamente en la cantera de lo institucional?

La línea que acaba separando lo institucional de lo que esta al margen la marca el contexto, el peligro de que las propuestas outsiders acaben siendo fagocitadas por el art establishment es algo que esta ahí, lo que es cierto es que uno puede trabajar desde la independencia aunque trabaje dentro de la institución, y uno puede ser muy alternativo pero al final acabar haciendo juegos de servilismo y  amaneramiento. El mundo del arte esta lleno de contradicciones…muchas apuestas alejadas del circuito “oficial” acaban entrando en él, por esto no deberían ser desvirtuadas… aun así cuando esas propuestas empiezan, son frescas, honestas y sinceras creo que es de las cosas que mas se disfrutan dentro de este mundillo, cuando ves que proyectos pequeños acaban funcionando, y que todo el mundo trabaja por que quiere para que esto ocurra. Lo que pase después ya es otra historia.

Durante siglos el arte ha estado del lado del poder político, el arte contemporáneo sin embargo representa una carrera de reacción contra lo establecido y de contestación política, pero dependiente en último caso de las instituciones y estructuras que manejan los poderes. ¿Paradojas del sistema?

Paradoja absoluta. Repito que el mundo del arte esta lleno de contradicciones, para ser subversivo desde dentro hay que saber hacerlo muy bien, sin caer en lo anecdótico o en lo burdo, además hay muchas actitudes artísticas que dentro de ese contexto pierden el sentido primario, es decir, ya no tienen el mismo significado que tenían originalmente. Si además esas estructuras de poder son las que deciden
cuales son los discursos reaccionarios validos, pues ya me dirás, al final todo se acaba diluyendo en un especie de fango que deja pocas opciones para sacar la cabeza con libertad fuera de él.

Walter Benjamín soñaba con el efecto emancipador del cine. ¿En qué medida crees que el arte pude cambiar la sociedad?

Hombre si ni siquiera nos quedara esa pequeña vena utópica muy adentro a cada uno creo que ni tú ni yo estaríamos aquí molestándonos en hablar de esto, creo en el poder transformador del arte, en el sentido que puede ayudar a construir una sociedad mejor, las sociedades que mantienen un nivel elevado de cultura están más desarrolladas….esto es un hecho. Creo que el arte es un vehículo más para lograr esto, y que sin duda nos ayuda a crecer.

¿Hay una denuncia simbólica en tu vídeo acerca del espectáculo del poder político, su teatralidad y parafernalia grotesca?

Sí, efectivamente en este trabajo intenté trazar un paralelismo entre las imagenes de las campañas electorales tan exageradas, preparadas y artificiales y lo exagerado de los movimientos de un baile como el tango. Los personajes del video además, van vestidos muy elegantes y arreglados y bailan en una especie de zona catastrófica, metafora del medio en el que se mueve el político con normalidad. Creo que la actividad politica siempre responde a estos ejercicios de artificialidad extrema, y que da igual que ese mitin se este deando sobre un monton de cadaveres o un vertedero, se da con la cara sonriente y feliz, con el traje impecable, como mis bailarines.